La lavanda es una planta perenne de la familia de las lamiáceas con tallos largos y flores de color violeta que desprenden un característico olor muy dulce y perfumado.
De sus flores se extrae un aceite esencial muy usado en cosmética y medicina natural que contiene linalol, linalino, geraniol, cumarinas y borneol.
Orígenes y cultivo
La lavanda se usa desde hace siglos como planta ornamental y para la obtención de su aceite esencial aunque también se usa cómo condimento para platos dulces y postres.
Actualmente es una planta muy extendida y la podemos encontrar desde la región macaronésica, por toda la cuenca del mediterráneo y también por la mitad norte de África, el sur de Asia y la India.
Podemos cultivarla en macetas de 30 a 40 centímetros de diámetro, usando un sustrato alcalino y con un buen drenaje que permita expulsar el sobrante de agua ya que las raíces de la lavanda no toleran bien el encharcamiento y mucho menos en invierno donde las heladas podrían matarla.
Es fundamental que la planta reciba la luz directa del sol, por lo menos 6 horas diarias. El mejor momento para el cultivo es a principios de otoño cuando las temperaturas son más suaves, así estará lista para florecer en primavera.
Propiedades y beneficios de la lavanda
La lavanda tiene propiedades antisépticas y antiinflamatorias por lo que puede aliviar la piel en caso de escozor, picaduras de insectos o pequeñas quemaduras.
Tiene propiedades digestivas. Si se toma en infusión, calma las náuseas, alivia los gases intestinales y los espasmos estomacales.
También se usa como relajante ya que ayuda a aliviar la ansiedad, el nerviosismo y ayuda contra el insomnio.
Usos mágicos de la lavanda
La lavanda se asocia con el amor, la calma, la paz y la harmonía, por eso se utiliza en hechizos y rituales para calmar el espíritu, aliviar el alma y la tristeza. La lavanda se puede usar en hechizos para calmar los nervios antes de un examen, en tinturas para dormir bien o en rituales para atraer a la persona amada y fortalecer el noviazgo o el matrimonio.
Estos son algunos de los usos mágicos que se le pueden dar:
Hechizos con velas y lavanda
Puedes ungir una vela con aceite de lavanda o espolvorear ligeramente una pizca de lavanda sobre una vela grande para atraer el amor, favorecer la belleza y conseguir la curación o mejoría de los síntomas de algunas enfermedades, sobre todo de tipo nervioso cómo la ansiedad.
Consagración con aceite de lavanda
Puedes usar aceite o extractos de lavanda para limpiar y consagrar tus artilugios mágicos, tus amuletos o ungir las figuras representativas de tus dioses para conseguir sus favores.
Espray de lavanda
Si haces una tintura o extracción alcohólica ligera de lavanda, puedes ponerla en un espray y usarlo para rociar tu altar para consagrarlo. El espray de lavanda también se puede aplicar en tu almohada para conseguir un sueño más profundo o favorecer los viajes astrales.
Protección mágica con lavanda
Otra de las propiedades más poderosas que se le atribuyen a la lavanda es la capacidad de neutralizar todas las energías negativas. Siempre se ha recomendado tener un ramito delante de la puerta de casa para protegerla de las malas energías, la brujería y las envidias.
Toxicidad y contraindicaciones
El uso tópico del aceite de lavanda puede producir reacciones, eccemas o dermatitis en personas sensibles, por eso se aconseja hacer pequeñas pruebas para determinar la tolerancia antes de una aplicación mayor.
La sobredosis de aceite de lavanda produce en primer lugar una excitación del sistema nervioso central con aumento del ritmo cardíaco, en algunos casos también se han descrito alucinaciones, seguido por una fase depresiva donde predominan sus efectos narcóticos, en esta fase se pueden producir convulsiones y muerte por parada respiratoria.
En menores cantidades, el aceite esencial de la lavanda puede producir dolores de cabeza, mareos, nauseas y vómitos.